Si hay un lugar famoso en España por su viento, esa es Tarifa. La situación geográfica de Cádiz favorece un régimen de vientos muy especial que hace que la zona esté expuesta al azote del aire más bravo, el levante, durante una media de 165 días al año. El levante, y su inseparable compañero, el poniente, modelan también la orografía de las playas gaditanas e incluso en ocasiones llegan a desplazar la inmensa duna de Bolonia. En Conservera hemos querido dedicar un espacio en nuestro blog a ese habitante siempre presente en las blancas calles tarifeñas. Porque, ¿qué sería de Tarifa sin sus vientos?
Historia y mitología del viento
Empezamos hablando de la naturaleza del viento y de sus tipos. Los vientos se nombran y diferencian según la dirección desde la que soplan. La rosa de los vientos, un círculo dividido en secciones, indica la dirección o rumbo del aire, y aunque la división más conocida es la de norte, sur, este y oeste, este símbolo señala hasta 32 rumbos y vientos posibles.
La mitología griega atribuía los cambios del clima a la actividad divina y al antojo de sus dioses. El viento se asoció con los cuatro dioses Anemoi, cada uno de ellos unido a un rumbo del viento y una estación del año diferente. Así, Bóreas era el dios del viento del norte, frío e invernal, Céfiro el del oeste, suave y portador de la primavera, Notus, llegaba del sur, cálido y seco junto con el verano, y Eurus se vinculaba con las tormentas de viento más agitadas.

La energía eólica en Cádiz
Pero más allá de la mitología, conocer los secretos del viento ha supuesto una herramienta fundamental para el hombre y para el funcionamiento de las sociedades. Hasta la llegada de los barcos de vapor, en el siglo XIX, era clave para los desplazamientos de personas y bienes en altamar y para los grandes veleros que combatían en las guerras. También servía para moler grano o extraer agua, aunque en la actualidad, eso viejos molinos han sido sustituidos en su gran mayoría por aerogeneradores. Así es como el viento se ha convertido en una de las mayores fuentes de energía renovable. En Tarifa, precisamente, se encuentra el parque eólico El Cabrito, el más antiguo de la provincia de Cádiz, que genera una media anual de 112 gigavatios hora de energía limpia. Esto representa un suministro de energía renovable equivalente al consumo de cerca de 30.000 hogares y evita la emisión a la atmósfera de 107.000 toneladas de CO2 en centrales de carbón. Pero el viento no solo es una fuente de energía para la zona, también lo es para el turismo.
El secreto del viento en Tarifa
¿Qué convierte a Tarifa en una de las grandes mecas del viento? El Mediterráneo se transforma en océano desde el Parque Natural del Estrecho hasta la playa Dos Mares. Al fondo, África casi parece poderse tocar con los dedos. Y entre las dos tierras, un pasillo de agua acoge barcos, ventoleras, aves migratorias y avistamientos de cetáceos.
Dicen que en Tarifa la vida cambia según el viento. Y es cierto. El de Levante es intenso y produce vientos medios sostenidos de 50 kilómetros por hora y rachas que pueden incluso superar los 110 km/h. Esto ocurre por el denominado efecto venturi, que se produce cuando para atravesar el embudo del Estrecho, el viento de levante aumenta su velocidad. Las grandes levanteras soplan entre los meses de mayo y junio y pueden llegar a durar entre siete y diez días consecutivos. Es entonces cuando los paseos y playas quedan desiertas, castigadas por ese aire bravo que levanta arena, olas, toallas y sombrillas a su paso. El viento de poniente, sin embargo, llega desde el oeste, desde donde el Sol se pone, y deja la mar tan calma que arruina los días de todos aquellos que se han acercado hasta las playas de Tarifa para practicar windsurf o kitesurf.

Qué hacer en Tarifa cuando sopla El Levante
El viento, aunque casi siempre incómodo y denostado en otros destinos de playa, ha esculpido Tarifa y le ha otorgado esa naturaleza surfera suya tan característica. Eso sí, visitar la zona en verano puede ser como echar una moneda al aire y, si lo que el viajero busca son días de arena y sombrilla y se topa con el Levante, probablemente tendrá que cambiar de planes y preguntarse qué hacer en Tarifa cuando sopla el viento.
Ante una gran levantera, se pueden visitar los monumentos más emblemáticos de la localidad, declarada Bien de Interés Turístico Nacional en 2003, y conocer así el Castillo de Guzmán El Bueno, la Puerta de Jerez y la Iglesia de San Mateo. O perderse por sus serpenteantes calles blancas llenas de comercios, bares y restaurantes. O visitar La Conservateca, la tienda tradicional de Conservera, en la Carretera Cádiz-Málaga, 11, donde el visitante encontrará un gran surtido de productos gourmet elaborados cada día de forma artesanal por nuestras estibadoras, y llevarse así a casa un pequeño pedazo de Tarifa.

Imagen de portada: cedida por @marcomoraphotography