Tarifa dedica una de sus calles a las estibadoras de la ciudad
Hoy es un día especial en Tarifa y, sobre todo, en Conservera. La ciudad ha inaugurado una nueva calle con la que quiere homenajear a la figura de todas esas generaciones de mujeres que han trabajado en las fábricas de conservas de pescado de la localidad desde hace más de un siglo y contribuido así a engrandecer la actividad socioeconómica del municipio. Desde hoy la ciudad luce un rótulo nuevo: la calle Las Estibadoras de conserveras.
Un homenaje a nuestras estibadoras
La calle se encuentra en el tramo que discurre por el Paseo Marítimo hasta la piscina municipal, justo por detrás de donde se encuentra la fábrica de Conservera. El acto se celebra después de que fuera aprobado por unanimidad en el pleno del 29 de septiembre, pero ya en el año 2015, con motivo del Día de la Mujer, la ciudad había rendido un sentido homenaje a sus estibadoras. En aquella ocasión, el cronista Manuel Liaño Rivera quiso destacar cómo el trabajo de estas mujeres había marcado el devenir del municipio durante el último siglo y apuntó a las trabajadoras tarifeñas como “las mejores estibadoras del mundo”. Hoy, se ha descubierto una placa que nombra la calle “Las Estibadoras de conserveras”, estando presentes representantes de la casa consistorial de la localidad, el Director General de Conservera de Tarifa, José Luis Muñiz, y personal de fábrica, como las propias estibadoras.
Con este acto, la ciudad ha querido reconocer su labor, ya que sin ellas muchas familias de la zona vinculadas al mar y a la pesca en el Estrecho, no habrían tenido sustento durante los meses de parada. En esa misma línea, el ahora alcalde de Tarifa, Francisco Ruiz Giráldez, subrayó en el acto que tuvo lugar entonces que “las mujeres trabajadoras de las fábricas, con su esfuerzo y trabajo, han contribuido en gran medida a la prosperidad de nuestro pueblo”. Y lo cierto es que así ha sido. Durante años, la industria conservera ha hecho las veces de enciclopedia viviente de la propia historia de la ciudad, que llegó a albergar en su día hasta diez fábricas de conservas de pescado. Hoy, Conservera de Tarifa recoge el testigo de todas ellas y da trabajo a casi cincuenta mujeres que dan continuidad a un oficio artesanal, de obra, paciencia y devoción, como es la estiba de pescado.
Desde el día de hoy, la memoria de todas esas mujeres se perpetuará en las calles de la ciudad con este merecido homenaje, cargado de humanidad y cariño, por el que en Conservera llevamos luchando con perseverencia desde hace tiempo. Y es que no sólo somos conscientes de la contribución que han hecho nuestras estibadoras por la ciudad, por un municipio que era, como señalaba Liaño Rivera: “la Tarifa harta de cal y puertas abiertas, la Tarifa que vivía de la pesca y de su transformación”; también valoramos que sin ellas nuestras conservas no gozarían de la autenticidad y calidad de la que tan orgullosos nos sentimos. En definitiva, sin ellas, no seríamos Conservera de Tarifa.



